Dramática situación del conejo de campo

En ANATUR somos conscientes de que el conejo de campo (Oryctolagus cuniculus) es una de las especies clave de nuestra geografía y pieza insustituible de nuestros ecosistemas. Esta especie, una de las de mayor tradición entre los amantes de la caza menor en España, ha traído siempre de cabeza al sector agrícola en aquellos lugares donde dada su extraordinaria capacidad reproductiva se llegan a convertir en plagas. Esta particularidad hace que los conejos sean deseados por los titulares de los cotos de caza y temidos por los agricultores, y curiosamente, es una especie que escasea de manera dramática en algunas regiones y abunda sobremanera en otras.

Dada la posición del conejo en la cadena trófica, siendo presa de hasta 40 especies diferentes de aves, mamíferos y reptiles (incluidas algunas emblemáticas y únicas como el lince ibérico o el águila imperial), su labor en la mejora de la estructura del pasto y matorral, así como su influencia positiva en la calidad de los suelos, en ANATUR consideramos su presencia necesaria para mantener el equilibrio natural y la biodiversidad de nuestro país. Sin embargo, la situación actual del conejo es dramática. Se estima que en algunas zonas de España hasta un 80% de las poblaciones originales han desaparecido y entidades como el Atlas y Libro Rojo de los vertebrados en España consideran a la especie como «vulnerable» desde hace una década (mismo estatus que especies como el buitre negro).

A pesar de su capacidad reproductiva, el conejo es una especie que está teniendo problemas para compensar la reducción de sus poblaciones tras el declive originado por 2 enfermedades: La mixomatosis, que afecta a poblaciones ibéricas desde hace 60 años y la Enfermedad Hemorrágica Vírica de los conejos (EHV), surgida a finales de los 80. Además, desde ANATUR queremos alertar que el débil equilibrio de las poblaciones autóctonas de conejo puede derrumbarse con las medidas tomadas por las autoridades australianas para reducir la densidad de esta especie en el país austral.

En Australia, determinados a arrasar con los conejos (allí son una especie invasora introducida por los europeos en el siglo XIX que causa cuantiosos daños a los cultivos), han liberado por todo su territorio una cepa mortífera del virus EHV, denominada RHDV1 K5 y que en sólo un par de meses ha eliminado el 42% de los ejemplares silvestres según las cifras preliminares del Gobierno de Nueva Gales del Sur, el estado más poblado de Australia.

La problemática de esta cepa letal, es que resiste activa durante meses en el medio ambiente y su efecto es tan devastador que puede acabar con hasta el 90% de los conejos en tan sólo 48 horas. De llegar a España (por ejemplo, de una manera tan simple como en las botas de un turista australiano) los efectos sobre las poblaciones ibéricas serían catastróficas para nuestros ecosistemas. Desde ANATUR denunciamos esta decisión irresponsable del Gobierno Australiano, ya que los virus no entienden de fronteras y podrían acabar teniendo efectos desastrosos en otros países del mundo que tratan de conservar sus maltrechas poblaciones de conejos.

Diferentes entidades nacionales, incluida la Oficina Nacional de la Caza (ONC), ya han transmitido su preocupación al Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de España (MAPAMA), por la posible llegada de este virus a nuestro país, y desde el Gobierno se han anunciado algunas medidas como que cualquier importación de conejos de Australia pasarán un control fronterizo en el primer puesto aduanero de la Unión Europea y que cada partida tiene que venir acompañada de un certificado de inspección veterinaria que aporte las garantías sanitarias necesarias frente a esta enfermedad.

Por si fuera poco, el conejo en España se ve afectado por otras decisiones de la administración que no reparan en el daño que pueden hacerle al medio ambiente. Por ejemplo, los cambios de uso de suelo propiciados por la Política Agraria Común (PAC) y el abandono rural, están impidiendo la recuperación del conejo en nuestro país. Esta especie se adapta mejor a un hábitat de tipo «mosaico«, con alternancia de pequeñas parcelas de siembra y matorral, salpicado de linderos y setos. Sin embargo, la PAC ha promovido la concentración parcelaria y la eliminación de linderos, creando un paisaje homogéneo con grandes y continuas parcelas de siembra en unas zonas y grandes extensiones de monte cerrado en otras que supone un problema para la recuperación de la especie. El uso intensivo de pesticidas ha agravado aún más la situación, como también ocurre con otras especie cinegéticas como la perdiz roja. Desde ANATUR queremos pues mostrar nuestro apoyo al trabajo de WWF en España que con su Proyecto SOS Conejo que tiene como objetivo de diseñar una Estrategia Nacional de Conservación de esta especie y poder salvar así al conejo de un declive que parece ya irreversible.

 

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