ANATUR reflexiona: «Lo que la verdad esconde»

La historia es un arma cultural que aparte de enseñarnos la evolución del hombre en la tierra sólo tiene un fin práctico en la actualidad: es aprender de los errores del pasado ¿De qué sirve tanto documento escrito, si no lo interpretamos? De nada.

Una de las verdades más evidentes que nos ha dejado la historia es el fracaso del radicalismo en todas su vertientes: religiosa, política, imperialista, económica… Imperio Romano, la inquisición, comunismo, nazismo… dramáticos desenlaces todos y cada uno de ellos.

¿No creen que algo hemos de aprender? ¿No creen que en pleno siglo XXI la coherencia, la ética y el respeto deberían de ser valores altamente integrados en nuestras sociedades? Y no hablamos de sociedades, de esas llamadas subdesarrolladas no, hablamos de la sociedad del smartphone, de la de la ingeniería robótica, si esa misma que es capaz de jugar a ser Dios y diablo indistintamente.

En estos tiempos tan revueltos en los que el radicalismo generalizado es una plaga maligna, peligrosa y propagable, que hace eco de su devastador efecto en nuestras gentes.

ANATUR quiere llamar a la calma, a la reflexión, a utilizar el sentido común , a pensar las cosas dos veces, a no ser tan altamente influenciables por cualquier vertiente que juegue con el comodín de los medios de comunicación, a pensar en que puede haber una armonía entre todos, con todos y para todos; que los grises tienen una escala muy amplia dentro de la gama de colores y que no siempre el blanco y el negro es la pureza cromática; que la izquierda y la derecha es tan sólo la posición donde se sentaban los primeros congresistas de la revolución francesa, y nada más! No es un sino de vida, el sino es buscar soluciones y políticas favorables al pueblo para cada momento y para cada problema, y lo rico incluso es alternar distintas políticas según para qué y cuándo ¿Por qué no?

El día a día se convierte en un conglomerado anárquico y absurdo de noticias sin sentido de historias irreverentes sobre personajes que vuelven a ese radicalismo con el que comenzaban estas humildes palabras.

Porque llegue el día en que una «gaviota» se posará en una «rosa» y esta ablandará sus espinas, «ciudadanos» del mundo cambien su intransigencia por un «podemos» intentar verlo de otra manera. Porque un catalán se siga sintiendo orgulloso de su tierra y se emocione con los acordes del himno nacional, porque llegue el día en que un animalista se acerque a un cazador para preguntarle qué puede aportar al campo, porque los dioses de los distintos universos mentalicen a sus feligreses de que matar a los que no piensan igual no está dentro de sus respectivas doctrinas ni libros sagrados… Y para todo eso amigos, ANATUR quiere ser la llave que abra cada una de esas puertas al entendimiento, con la tranquilidad, el saber y la calma que sólo el campo y el medio rural sabe hacer.

Andrés Martín

 

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