Barcelona fue la primera gran ciudad española en prohibir los circos con animales artistas en su territorio, y la primera gran víctima de esta sin razón fue el Gran circo Mundial. Dicha empresa, con todas las licencias y permisos para actuar, vio como ya instalado en la ciudad y un día antes del estreno, se le prohibía actuar con sus animales artistas. El público al enterarse de que los animales no actuarían, reclamaba la devolución de las entradas, y la inmensa mayoría directamente no compraba las localidades en la propia taquilla, al no poder ver a las auténticas estrellas de cada circo.
Trece años después, unas 400 localidades españolas han seguido estos pasos, prohibiendo a las compañías circenses derechos tan fundamentales y recogidos en nuestra Constitución, como son: el derecho al trabajo, la libertad de empresa, el libre acceso de los ciudadanos a la cultura y un largo etc.
Los verdaderos responsables de todo esto son las asociaciones animalistas que ejercen como lobby presiones políticas. Sus campañas denigratorias hacia el circo giran en muchas ocasiones a modo de manipulación y persecución, convirtiéndose en un auténtico delito de odio. Incluso, cuando cualquier una empresa decide colaborar con un circo, a través de acuerdos publicitarios etc., amargan a dicha empresa con centenares de e-mails, amenazas y chantajes. Esto ha provocado que prácticamente las empresas hayan dejado de tener acuerdos de patrocinio con el mundo circense.
En la actualidad, llevar a cabo una gira de 11 meses para un circo con animales artistas es casi imposible, por ello, muchos circos españoles han optado por donar sus animales, otras compañías han emigrado hace ya bastante tiempo a otros países europeos y algunos directamente han cerrado sus empresas, siendo todo esto un escenario muy triste para el mundo circense.
Uno de los grandes circos españoles que lucha por mantener sus animales artistas, es el Gran Circo Coliseo, al que quiero enviarles desde estas líneas todo mi apoyo y cariño.
Por eso es de gran importancia un partido político como ANATUR – Acción Natural Ibérica que lucha por la defensa y salvaguardia del mundo rural, la caza, la pesca, los rspectáculos y tradiciones donde hombre y animal se unen para crear arte. Porque entre todos creamos miles de puestos de trabajo y creamos riqueza con todos los impuestos derivados de nuestro trabajo.
Por eso, desde el circo pensamos que la Unión hace la fuerza y todos los sectores que trabajamos con el mundo animal y rural debemos unirnos.
Es por ello, que desde este partido se proponen una serie de medidas para la defensa del mundo del circo. Por un lado es hora de que la ley actúe, y para ello hay que valorar el demandar por delito de odio a las asociaciones animalistas y por acoso continuado a través de sus webs, por asistir a los colegios y pretender con sus mentiras manipular y adoctrinar las mentes de los niños. Igualmente, no hay que descartar una demanda criminal a todos los alcaldes que ejercen abuso de poder y pedir en la demanda que paguen con sus bienes.
El defensor del pueblo o incluso el tribunal constitucional europeo deberían ser conocedores de la situación de acoso que viste el colectivo circense. Curiosamente, en 2005 el Parlamento Europeo hizo una recomendación para proteger al mundo del circo y declararlo patrimonio Cultural Europeo. Todo esto quedó en papel mojado, por que habría que solicitar que esto se volviese a valorar si llegásemos a tener representación en las próximas elecciones europeas. Igualmente hay que proponer un paquete de medidas para que los derechos del colectivo circense fueran iguales para todos los países miembros de la Comunidad Europea.
Son también necesarias nuevas leyes sobre instalaciones, mantenimiento, transporte, documentación y todo lo necesario para poder circular y actuar con nuestros animales. Una ley única y las mismas medidas para todos los países. En definitiva, es necesaria una legislación europea que salvaguarde el circo clásico como patrimonio Cultural Europeo, de la misma forma que se protege a las reservas naturales.
El circo es un arte centenario que en 2018 cumplirá 250 años de historia en Europa. Por eso, para que las generaciones venideras puedan conocer este mundo mágico se debe proteger férreamente, sin dejarlo en manos de asociaciones animalistas, políticos aportunistas y a la libre interpretación de cualquiera que quiera acabar con nuestra identidad.
Sólo con todo esto conseguiríamos que países donde la prohibición de los animales artistas es total o parcial, tuvieran que retroceder en sus pasos y respetar las leyes Constitucionales Europeas
Enys Faggioni