- "Por nuestro pueblo, por nuestras raíces, por nuestras tradiciones, TODOS POR LA NATURALEZA IBERICA"nº1
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El arrastre de piedras es un deporte y tradición rural de gran arraigo en el norte de España, principalmente País Vasco y Navarra. La modalidad más extendida es la de arrastre con bueyes (Idi-probak en Euskera), aunque también existen las modalidades de arrastre con burros (asto-probak), mulas (mando-probak) y caballos de tiro (zaldi-probak).
El arrastre de piedra por bueyes es un deporte en el que una pareja de bueyes guiada por un yuntero (idi probalari) debe arrastrar por una plaza o recinto acondicionado al efecto, una piedra que puede tener un peso variable entre 1500 kg y 4000 kg. Vence aquel yuntero que logra que sus bueyes recorran una mayor distancia en un tiempo prefijado de antemano
Su origen se remonta al uso de los bueyes como animales de tiro en los caserías, debido a que estos animales se adaptaban mejor a la orografía agreste del norte de España que las mulas o los caballos. Se cree que estas pruebas nacieron como competición entre trabajadores de las canteras, donde las piedras obtenidas en las voladuras eran trabajadas bastamente in situ, para después ser arrastradas por bueyes hasta el lugar desde donde se iban a transportar. Como en tantos otros deportes rurales, el trabajo se hizo competición.
Aunque antiguamente se enfrentaban los propietarios de los bueyes apostando grandes sumas de dinero, tierras o ganado, hoy en día los propietarios participan en exhibiciones en las fiestas populares o en competiciones regionales en las que se sigue moviendo mucho dinero en apuestas.
Los bueyes no son más que toros castrados antes del año de edad, aunque actualmente ya se adquieren inutilizados para la procreación. El peso del buey utilizado en las pruebas de arrastre puede variar entre 500 y 700 kilos, estableciéndose en algunos casos una sobrecarga en la piedra en función del peso del animal. Junto a los trabajos del caserío, al buey de competición se le hace andar por el monte diariamente, ya que su correcta preparación es clave para un buen desempeño en competición. Incluso es habitual que de vez en cuando se hace una prueba de arrastre para que el buey no pierda el hábito.
La piedra de arrastre
La forma de las piedras en las competiciones y exhibiciones de idi-probak es rectangular, ligeramente más estrechas en su cara anterior, en la que se ha labrado un orificio para el enganche de la cadena. Su peso varía mucho, oscilando entre 1.500 y los 4.000 kg de manera general, aunque las hay mayores. Por ejemplo, la piedra de la localidad guipuzcoana de Tolosa pesa 4.000 kilos, la de localidad vizcaína de Guernica 4.500 kg y la de Munguia 4.700 kg. Incluso en el probadero municipal de Berriatua existe una de 5.250 kilos, aunque no se utiliza desde 1950.
En los desafíos es más frecuente el empleo de piedras grandes, aunque para los concursos se elige piedra más pequeña ganando el espectáculo en vistosidad al hacerse el recorrido más rápido. Cabe destacar que es habitual que las piedras estén expuestas en las plazas públicas y formen parte del mobiliario urbano.
Probalekus
La piedra es arrastrada por un piso formado por cantos rodados, ya que la irregularidad del firme evita que los bueyes resbalen continuamente. La longitud de las plazas varía según las localidades, oscilando habitualmente entre 22 y 28 metros. Antiguamente las pruebas se desarrollaban en una calle o plaza del pueblo de características adecuadas, pero hoy en día los desafíos van dando paso a los concursos y campeonatos. Ya no son dos yuntas de bueyes las que optan a los premios, sino varias parejas y ello requiere entonces lugares especialmente dotados para el acomodo del público, como plazas de toros, frontones cubiertos o recintos específicos para estas pruebas, llamados probalekus.
Los arreadores
Los bueyes durante estos eventos son ayudados y espoleados por los arreadores. Su número depende de las condiciones fijadas en la apuesta o, en los concursos, de lo que señale el reglamento, aunque sus métodos se han suavizado sensiblemente con la adopción de medidas encaminadas a evitar el maltrato animal. En Euskera se les conoce como akullaris, por la vara o akullu que emplean.
La prueba
La prueba de arrastre consiste en hacer más plazas (recorridos) en un tiempo dado. Para la fijación de las condiciones de la apuesta o concurso es importante el peso de los bueyes. Cuando una yunta sobrepasa el peso tope permitido (fijado alrededor de los 1.100 kilos) la piedra recibe una sobrecarga de kilo y medio por cada kilo de sobrepeso. El juez procede al sorteo de tandas y la orden de salida se da con silbato. El boyero y arreadores procuran dosificar el esfuerzo de los bueyes sin agotarlos desde el comienzo. Tratarán también de que la piedra no se detenga a media plaza porque el esfuerzo es mayor en la arrancada inicial. Y, sobre todo, han de evitar que la piedra se salga de la raya que señala la anchura de la plaza, pues han de volver la piedra al límite donde fue cometida la falta. Una vez transcurrido el tiempo establecido (normalmente 30 minutos) los jueces proceden a medir la distancia recorrida que se da en plazas, cintas y centímetros. Las pruebas suelen ser, atendiendo al número de bueyes participantes, en solitario o por parejas.
La polémica
La competitividad entre carreteros y las apuestas favorecieron la llegada del dopaje a las pruebas, lo que, unido al hostigamiento que sufrían los animales por parte de los azuzadores para aumentar su rendimiento, llevó a endurecer la reglamentación. Así, en Vizcaya se establecieron controles antidopaje en 1997 y en 2005 se aprobó un nuevo decreto foral que establecía las sanciones y creaba la figura del veterinario oficial, encargado de la supervisión de las pruebas. Por desgracia, la lacra del dopaje aún no ha desaparecido y recientemente se han dado casos de bueyes muertos por el consumo de anfetaminas.
Desde ANATUR queremos defender esta arraigada tradición, así como sus variantes con burros, mulas y caballos de tiro, por ser parte indisoluble de la cultura y folklore del norte de España.
REFERENCIAS