Hay muchas cosas urgentes que resolver en España, pero la que a nuestro parecer la más importante es la de crear una línea de actuación sólida y necesaria con vistas a pensar en el desarrollo de este país en, al menos dos o tres generaciones, es decir, hacer política con vistas de futuro, y no como en la actualidad, que se hacen pensando en los 4 años venideros y su influencia en el voto.
Necesitamos una urgente reforma de la vida política y de su capital humano.
Creemos que, cuando se va a acceder a una responsabilidad tal, como puede ser la de regir la vida, el patrimonio y la sociedad de un Estado, las personas que accedan a ello han de tener una mínima preparación demostrable. A nadie nos cabe en la imaginación que nos atendiese un médico sin titulación, que nuestra casa la construyera un arquitecto sin título y así un largo etcétera. ¿Cómo dejamos que nuestros políticos ejerzan sin haber pasado por los estudios y titulación de Ciencias Políticas, o como mínimo una titulación universitaria? ¿Es que no nos damos cuenta que están por encima de nivel 30 de la administración del estado donde se les exige a los funcionarios tener estudios superiores, es decir universitarios? ¿Y cómo permitimos que ciertos ministros ocupen la cartera sin tener estudios, titulación y experiencia sobre los temas del Ministerio que reciben?
Por otro lado, pensamos que la HONRADEZ, no se puede comprar. Nuestros políticos nos han “vendido” que era necesario tener buenos sueldos para evitar ser corrompidos. Pero está demostrado que esto es una falacia. A pesar de sus abultadas nóminas, aquel que es corrupto, lo es con más o menos sueldo. La HONRADEZ se tiene y se practica, PERO NO SE COMPRA.
Creemos que entrar en política debe entenderse como un servicio al estado, no como una forma de hacer carrera y medrar social y económicamente.
Pensamos que hay que volver a la cultura del esfuerzo, de la educación, de las buenas maneras y de la riqueza de conocimientos. Dar todo a nuestros hijos sin pedir esfuerzo a cambio nos ha llevado a crear una sociedad que no valora nada de lo que tiene, excepto la posesión de cosas materiales. Los valores tradicionales no existen y la sociedad degenera peligrosamente hacia la individualidad y la falta de solidaridad.
Creemos necesaria una vuelta urgente de la sociedad hacia el campo. La cultura de todos estos últimos años ha sido la de darle la espalda al campo y crear un modelo de naturaleza bucólica e idealizada que nada tiene que ver con la misma naturaleza a la que pretende “proteger” a toda costa bajo un política desfasada en tiempo y actuaciones. Los encargados de estas ejecuciones parecen no conocer los mecanismos naturales de la propia naturaleza y se empeñan en cambiar un concepto imposible. Bajo la influencia del “mundo de Disney” pretenden crear lo que no existe, llevando con ello políticas equivocadas y perjudiciales para el campo y la propia naturaleza.
Creemos que es posible volver al campo y tener la capacidad e poder vivir honradamente del trabajo en el mismo, con la aplicación de políticas adecuadas para el desarrollo completo de la actividad, desde la preparación del campo para el cultivo, hasta su venta.
Pensamos que a nivel de educación, ésta ha de ser retomada por el Estado para homogeneizar sus criterios. Al menos, materias como Historia, Lengua y Literatura Castellana, Matemáticas, Física y Química, han de tener un guion adecuado y uniforme en exigencia, añadiendo una materia esencial, que es la de Cultura ciudadana, donde se traten aspectos tan esenciales como, la educación y buenas maneras, el respeto a los demás, el sentido de la democracia, el debate y respeto a la palabra, la necesidad de escuchar, la ayuda y el respeto a nuestros mayores y todos los aspectos que mejoren la convivencia. Sería bueno, además, retomar el estudio de filosofía y la música como asignaturas obligatorias y evaluables.
También creemos esencial enseñar la naturaleza, tal y como es. Y los procesos del campo y el agro, su necesidad y nuestro débito por los que viven y allí y lo trabajan.
El fracaso de los partidos políticos tradicionales a la hora de satisfacer las demandas y dar respuesta a las sensibilidades del mundo rural está claro. No ha habido ni un solo partido político que haya defendido de verdad el mundo rural, ni un solo gobierno que haya detenido la despoblación constante de las áreas rurales de nuestro país. La mayoría se ha dedicado a discutir las ayudas europeas a la pesca y a la agricultura y nada más, sin tener en cuenta que en el campo viven personas que tienen todo el derecho a vivir dignamente de su trabajo diario en su ambiente rural.
Hablemos de las escuelas que se han quitado, obligando a los alumnos a recorrer kilómetros diariamente para asistir a clase. Hablemos de la desaparición de institutos en esas áreas, de la desaparición de la asistencia médica y relegarla a una visita semanal si cabe. Hablemos de los castigos que reciben las poblaciones cuando se decide hacer un Parque Nacional en su territorio, prohibiéndoles casi hasta respirar en la tierra de sus ancestros.
En la mayoría de los pueblos de España ya no se puede hacer una matanza del cerdo tradicional y vemos día a día como los urbanitas invaden las fiestas patronales rurales para impedir celebrarlas tal y como lo hicieron sus ancestros, dedicándose la administración, solo a prohibir y prohibir presionados por eses grupos animalistas que nada tienen que ver con el paisaje rural.
Hablemos de los aprovechamientos del monte, como la madera para calentar las casa, que en algunos lugares se ha prohibido hacer las cortas tradicionales por parte de los vecinos y ahora se han de surtir obligatoriamente por parte de una empresa que hace esas mismas cortas y se la cobra a los vecinos.
Estos son simples ejemplos porque la realidad es más cruda y nadie se preocupa de encontrar soluciones que ayuden a la gente a volver al campo y poder vivir dignamente de él.
Si no fuéramos ambiciosos habríamos hecho un club o una simple asociación. Porque todo eso que parece un mundo amplio y diverso es porque lo es, pero el problema es que hasta ahora no se ha reconocido. Se legisla desde los despachos de las ciudades y para el bien de los habitantes de las grandes urbes, delegando al mundo rural casi a ser un lugar donde los urbanitas encuentren el solaz y el descanso de sus ajetreadas vidas, sin pensar en la opinión de los que viven y cuidan el campo mientras que ellos no están allí.
Que lo consigamos no depende de nosotros como partido, depende de los militantes, de los ciudadanos en general y de la fuerza que nos de esa sociedad rural para que podamos llevar a cabo un gran proyecto legislativo que permita recoger las necesidades del ámbito rural y manejar dichas necesidades en pro de sus habitantes y del campo.
Y esto siempre pensando que esta riqueza afecta muy de cerca también a la ciudad, pues se quiera o no, sin campo y naturaleza, la ciudad también sufriría.
La fuerza está en la gente, y nosotros solo seremos el instrumento que les ayude a ver un futuro digno que les permita seguir viviendo en la tierra de sus ancestros sin verse obligados a emigrar a las urbes.
El ideario va dirigido a toda la sociedad en conjunto, eso sí con vistas a cambiar la concepción que se tiene del campo y acercarla lo más posible a todos. Pretendemos que la actual separación que existe entre el mundo urbano y el mundo rural desaparezca y ambos puedan interrelacionarse en similares condiciones.
· También pretendemos una serie de reformas sobre todo en política y administración, porque urge la regeneración política.
· Creemos que hay que llevar a cabo la separación real entre el poder legislativo y el poder judicial.
· Queremos solucionar de una vez el tema del senado.
· Pretendemos que aquellos políticos que se destinen a ocupar cargos relevantes del estado, tengan una formación cualificada, igual que exige el estado a cualquier persona que quiera ejercer una profesión.
· Queremos que la administración se profesionalice al máximo y que los cargos, hasta director general, no dependan del partido político de turno, sino que sean funcionarios de carrera y con méritos demostrados para ejercer su función sin importar el partido que ocupe el gobierno.
· Pensamos que es necesaria una reforma constitucional basada en los fracasos que ha provocado la actual, muy meritoria y útil hasta hace poco pero ahora. Creemos que las competencias de educación, sanidad y medio natural, han de ser propias del estado, por ejemplo.
· Creemos que es necesario defender en el ámbito europeo la singularidad cultural de cada país, que la cultura rural debe tener cabida, con más derecho si cabe, en el acervo de cada pueblo y de cada país.
· Creemos que la cultura no debe de estar sólo en manos privadas, si no que el estado debe potenciar y participar en la misma, desde la escuela, introduciendo de nuevo las asignaturas de filosofía y música con carácter obligatorio y puntuable.
· Y como no, acercar el campo y (para profundizar más en los temas de esta publicación) la caza a las aulas, de forma real y clara, hablando de las cosas como son, sin mezclar sentimientos o ideas bucólicas que nada tienen que ver con la realidad,
· Queremos defender la Naturaleza como tal, con sus procesos de siempre, sin invenciones. Para ello hace falta unificar las políticas de protección y desarrollo y que sea el Estado Español y no las autonomías, el que bajo una Ley Marco pueda dictar las normas últimas que deban redactarse para que el campo no dependa de criterios políticos, sino de criterios técnicos y naturales.
· Queremos regular el tema de accesos y aprovechamientos de los diferentes tipos de Parques.
· Queremos defender la Caza, la pesca y la tauromaquia porque son parte de nuestro acervo cultural, implementando políticas de aprovechamiento y gestión que permitan desarrollo natural y económico. A la vez debemos implantar programas de imagen pública que acerquen estas actividades a la sociedad mostrando la cara real de las mismas y no las imaginarias que ahora algunos plantean con vehemencia.
· Queremos que la gestión del agua sea pública y estatal, porque las cuencas son un todo que no puede ser dividido políticamente y fomentar la solidaridad del agua con métodos adecuados que además permitan la conservación de los ríos con su flora y fauna.
· Queremos fomentar el desarrollo rural y su posibilidad de desarrollo futuro sin dependencias del turismo.
Creemos, en definitiva, que aportamos muchas ideas nuevas y posibles, pero que no se van a quedar aquí, puesto que iremos recogiendo el sentir y el latido del campo español y buscaremos las soluciones necesarias que precisen para su adecuación a los tiempos y las formas.
Pero hablar de ANATUR es hablar de una idea nueva, de una nueva forma de hacer política, de un partido que sale sin colores, es decir que no es de derechas, de izquierdas o de centro, porque es un partido que piensa que, para tomar las medidas necesarias, no puedes llevar como mochila la carga ideológica que te impone un partido clásico, que no se atreve a hacer cosas que no formen parte de ese ideario clásico estructurado en derecha, centro o izquierda.
Hablar de ANATUR es romper esquemas para intentar aunar esfuerzos y que el gran distanciamiento al que nos están llevando los partidos clásico, esa enorme distancia entre el mundo urbano y el mundo rural, quede reducido a un mero recuerdo de épocas pasadas.
Hablar de ANATUR es hablar de FUTURO