“Política” es una palabra que viene del griego “polis”. No en vano nuestra lengua viene del latín, y el latín tomó muchas cosas del griego, y “polis” es algo fundamental que nos viene de esta cultura. Porque la “polis” es el núcleo básico de nuestra sociedad, que del conjunto de las familias va al municipio, hasta alcanzar estructuras mayores. Por ello, la política no ha de ser sólo patrimonio de una casta blindada y supuestamente incontestable. Todos tenemos el derecho y el deber de participar, de luchar por nuestra representación. No tenemos que esperar a que vengan otros a decirnos qué tenemos que hacer. Y, por supuesto, tenemos que evitar que hagan y deshagan a placer, como por desgracia está ocurriendo.
En España, la política está secuestrada por los viejos partidos, los cuales han creado mecanismos asfixiantes principalmente a través de corruptos sistemas clientelistas. No deja de ser tragicómico que los que hasta no hace mucho hablaban de “prohibido prohibir” lo acaben prohibiendo todo y agobiando al personal a base de imposiciones despóticas. Y en esta locura agobiante entra todo lo relativo a Caza, Pesca, Naturaleza y Tradiciones, que es precisamente el nombre de un partido político francés. Y es que al otro lado de los Pirineos entendieron hace mucho tiempo que se podía y se debía hacer política en torno a esta premisa, defendiendo la causa de los que aman y trabajan la tierra y el agua. No es casualidad que en Francia se haya blindado la tauromaquia, cuya legalidad ni por asomo se discute, y además, no se permiten manifestaciones antitaurinas a 500 metros de las plazas. En Francia no se revientan corridas de toros. Y esa ley se ha conseguido gracias al trabajo y al esfuerzo de este partido denominado Caza, Pesca, Naturaleza y Tradiciones; partido que ha conseguido ser un importante grupo de presión. A veces sus propuestas han sido copiadas por los viejos partidos. A veces, han optado por determinadas alianzas electorales que no han acabado del todo bien. No lo han tenido fácil desde el año 1989 en el que surgieron, pero con esfuerzo, dedicación y unidad, lograron llegar al parlamento europeo y pactar con otras fuerzas afines del continente.
Asimismo, no es casualidad que en Francia sea donde se editan las mejores revistas taurinas. Gracias a esta corriente, el mundo de la cultura tampoco ha sido exclusivamente copado/secuestrado por sectarios buscadores de subvenciones. Hay un foco de resistencia. Por eso hay que darle importancia al tema cultural, porque hay escritores, músicos/folcloristas, pintores, fotógrafos y hasta cineastas cuya valía está más que contrastada y no vacilan en defender con su artística labor las tradiciones españolas. Y es que no todo lo que suene a cultura tiene que ser lo que luego aparece en los despachos de los viejos partidos y en los papeles de Panamá.
Por supuesto, esto no es un camino de rosas. Los amigos de Caza, Pesca, Naturaleza y Tradiciones han encontrado muchos obstáculos. Pero ahí siguen. Para adelante, sin amedrentarse; con ilusión. Y han creado escuela. En ese sentido, podemos aprender de ellos. Somos un país potencialmente rico en potencialidad agropecuaria, y no es de recibo que el agro esté recibiendo tantos ataques. No es de recibo que quieran extinguirnos. Porque no es sólo la extinción de personas, sino de saberes, de toda una forma de vida. De ahí a la importancia de la lucha política. No porque haya que aspirar a vivir de la política, ¡al contrario! Queremos seguir con nuestros trabajos y nuestros sueños. Y por supuesto, hemos de estar para que los de siempre dejen de vivir a costa de los demás; para que se elimine la injusta política de subvenciones; para que haya una ley electoral justa; para defender el sentido común, que tanto falta en nuestra vida política… Para que los de siempre paren en su locura de querer eliminar todo vestigio de auténtica naturaleza, la de verdad, la que se trabaja, se vive y se apasiona, y no desde la arrogante lejanía burguesa/urbanita de quien ve las cosas de una manera ficticia y farsante, para encima no parar de insultar y calumniar a la gente que sabe.
Con representación política, podremos hacer más y mejor por nuestro mundo. En España hemos tenido ya algunas experiencias de partidos ruralistas. Es la hora de recoger el fruto de nuestros mayores y aunar fuerzas hacia un movimiento agrario fuerte y unificado. Todos juntos: Taurinos/ganaderos, cazadores, pescadores, cetreros, galgueros, criadores de perros, armeros… Todos los que buenamente quieran sumarse a defender nuestras raíces y tradiciones. A defender lo bueno, lo justo y lo verdadero. No hay que lamentarse ni esperar, sino organizarse. Francia nos da el ejemplo: En Francia, el voto de la caza y la pesca cuenta. En España, sin organización, estamos abocados a la extinción. Pero no lo vamos a permitir. ¡Seamos nosotros mismos! ¡Hagamos valer nuestras voces de forma real!
Antonio Moreno